"Y  YAHVÉ ELOHIM formó al hombre  -lo hizo ahora en el plano natural (antes ya había sido creado en el plano espiritual desde la Raquia de Dios) 800 años después de haber formado materialmente el cielo y la Tierra (el número 8 representa "un nuevo comienzo")-  del polvo de la tierra  (por tal motivo éste se llamó Adán, ya que su nombre representa a hombre  y proviene de la palabra adamá que es tierra en hebreo);  y sopló en su nariz hálito de vida, infundiendole de Su Espíritu y así el hombre se convirtió en un ser o alma viviente". Poseyendo así la Unicidad que existe entre el Padre (Eloha Israel), el Hijo (Yeshua Mashiaj), el Espíritu Santo (Ruaj Kodesh) junto con el hombre recién formado.

Así fue como el PADRE dio al hombre la habilidad de ser una criatura pensante y con decisiones propias (otorgandole una libre conciencia); para obrar por medio de sus ideas, reflexiones, elecciones y pensamientos. En ese entonces, el hombre vivía en esta constante Unicidad con Dios y se movía en la misma dirección de Él. 
Aun con la caída del hombre en pecado, el deseo de Dios es el mismo; sigue respetando nuestro juicio aunque esté errado, y sin poner obligaciones que esclavicen al hombre.
Algo que se nos muestra en los Textos Bíblicos, es la intensión que da el Padre para que vivamos a nuestra conveniencia y beneficio: 

YAHVÉ ELOHIM  dijo en Deuteronomio 30:19 al pueblo Israelita (que se aplica también a su Iglesia):

..."hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige pues la vida, para que vivan (en bendición) tu y tus descendientes". 

ÉL, siempre respetará tus decisiones, aunque te insta -en amor- a seguir su enseñanza y edificación para que tengas una vida larga y próspera para tu beneficio. Amén.