Utilizamos los "Principios Bíblicos" para lograr la integración total de un hijo de Dios en Su Plan perfecto, y así mostrarle todo ese gran Potencial que posee como miembro de la Iglesia de Cristo, como hijo empoderado de Dios y también como discípulo entendido de Cristo Jesús. 
Además de eso, para desarrollarnos en todos nuestros Dones, habilidades y oficios Espirituales como "Sacerdotes aceptos" a la doctrina del Espíritu Santo. Y no adherirnos así a toda doctrina de hombre o religión que están dominados y enturbiados por el "espíritu del error", el cual gobierna el sistema actual del mundo y todas las religiones del mundo.

Todo "Fruto y Don del Espíritu" deben ser desatados sobre cada uno de los hijos de Dios (su Iglesia) por medio del Espíritu Santo; para su total desarrollo en el "corporativo" que es la Iglesia de Cristo. Por tal motivo -como exhorta Pablo- debemos anhelar todos Sus Dones, para nuestro enriquecimiento como el cuerpo que somos de Cristo. 

Todos nosotros, como hijos del Altísimo, debemos alcanzar cada uno de esos Dones Espirituales para poder ensanchar el Reino de Dios aquí en la Tierra; y presentarle una Iglesia Gloriosa reinando en los niveles más altos posibles. 

Eso es por lo que luchamos día a día en este Ministerio, para que usted, junto con nosotros, podamos alcanzar nuestro máximo potencial  -como Ministros entendidos y competentes de Dios- al conocer de nuestra Identidad, de nuestra Esencia, del Poder y la Sabiduría en Cristo Jesús. 

Además, debemos alcanzar esa "Unicidad" recuperada por Cristo, la cual es básica para entender y desarrollar todo ese Potencial para llegar a ser los Apóstoles, Profetas y Sacerdotes del Dios Altísimo, en los que estamos destinados a convertirnos.